Me
he quedado sin pan para poner al gazpacho. Y me acordé de la expresión tan
conocida: A falta de pan buenas son tortas. Lo
único que tenia eran las puntas del pan
de espelta (suelen ser más secas y
las reservo para rallar, nunca las tiro).
Decidí experimentar cómo quedaría el color
del gazpacho y la textura. Y es que como en tantas cosas, si no se experimenta
no se sabe el resultado. Así que me lancé y probé. El color, como es lógico, quedó
más oscuro y la textura algo más áspera que con pan normal. Por
lo demás, igual de bueno y algo interesante: rico en fibra. De no tener otro pan ¡Bien
me vino!
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