sábado, 6 de diciembre de 2014

Preparando la Navidad

En septiembre ya me gusta pensar que van quedando menos días para que lleguen las fiestas navideñas. No es lo normal pensarlo con tanto tiempo pero en mí, se da el caso. Por lo general estas fiestas suelen producir agobio, yo  no lo pienso porque me agobien estas fiestas, sino porque me gusta disfrutar preparándolas con tiempo. Esto es precisamente lo que hacen que no me agobien, prepararlas con tiempo. He participado en concursos de villancicos y los he tenido que ensayar con tiempo para que quede una pieza más o  menos digna. A ser posible ganar o quedar en un buen puesto si ello se lo merece. Con las cosas de la casa me pasa lo mismo, con tiempo voy pensando en la decoración, busco las nuevas tendencias o bien con la imaginación al poder, y si miro el bolsillo, hago unas estrellas de cartón pluma que colgadas con hilo de sedal quedan muy bonitas.

Mientras limpio me voy fijando en los rincones de la casa, para ver dónde puedo colgar alguna estrella; en alguna superficie despejada donde colocar un ángel en señal de espera; y algún centro decorativo que no roben mucho espacio.


Enseguida llega noviembre y ya queda menos para el Adviento. Voy pensando como decorar este año la corona de Adviento, comprar las cuatro velas. En los trayectos al trabajo o mientras hago deporte voy pensando los menús para los días más señalados; la cena de Nochebuena, la comida de Navidad. El día 27 es San Juan y también me gusta cuidar un poco más esta comida, el día de la Sagrada Familia. La cena de Nochevieja me gusta sorprender con un buffet, es algo más informal y salirse de lo habitual puede gustar a los demás, la comida de Año Nuevo y la de Reyes.

En total 6 primeros y segundos platos y un buffet. El tipo de comidas que me gusta es la cocina tradicional de la Navidad. Cada país tiene su tradición y son muy comunes en todas las familias. Me parece la más entrañable, la más familiar. Por así decir son las que más le van a esos días;  consomé, crema de almendras, cardo, sopa de pescado, una crema de marisco. Besugo, salmón, lubina. Lechazo, pavo, pato, oca, pollo de corral, cochinillo, caza. Y de postre compota, tarta de reloj, tronco de navidad, surtidos de polvorones, mazapanes, frutos secos, etc. El buffet nos da opción de hacer cosas que no ponemos durante el año.


Una vez que he pensado todo esto es momento de apuntar. Me siento, cojo papel y lápiz y empiezo hacer menús. Me compensa hacer de un tirón la segunda quincena del mes de diciembre y la primera de enero, contando  que si sobra algo lo puedo aprovechar y lo pongo a partir del 6:  en croquetitas, suflés, empanadillas, villeroy, etc. O si ha sobrado mucho, que no tiene porqué, se congela y se va sacando en días que vengan mejor. Por ejemplo, para hacer una limpieza más a fondo en la cocina. Después hacer un buen pedido o compra calculando las cantidades para no improvisar, los proveedores por lo general calculan por ración y son las más acertadas. Creo que esto economiza mucho y  ahorra tiempo.




El tema del bolsillo es importante ¿verdad? Sobretodo en estos momentos. Sube más o menos el precio dependiendo de la calidad de los productos. Se puede hacer una sopa de marisco sin gastar mucho dinero si se aprovechan muy bien las cabezas de langostinos. Y para terminar un gusto personal: estos platos de Navidad me gustan como son, es decir, en su jugo y el tiempo en hacerse el justo, además son rápidos y la presentación es muy buena. La caza, en cambio macerada el día anterior al que se vaya a cocinar.



2 comentarios:

  1. Me encanta este blog, y en concreto este apartado! espontaneidad en la cocina para lanzarnos como si fuera sencillo y facil...! y espontaneidad al narrarlo... Katy: eres una ARTISTA

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