Oca a la Naranja
En estos días de fiesta mi
familia son para mí mis mejores invitados. ¡Tengo que esmerarme! Todo tiene que
estar especialmente preparado, bien presentado; que el mantel esté bien
planchado, las servilletas dobladas de un modo especial, un centro de mesa más
bien minimalista para que no moleste, que los postres estén fresquitos, y qué decir
que la comida esté en su punto. El día de navidad tenía pensado poner de
segundo plato un ave de corral y cuando lo tenía todo preparado dos días antes aparecieron
en mis manos, dos ocas, regalo de un familiar.
Lo mejor cuando te regalan algo es
ponerlo de inmediato, pensé: oca a la naranja. Con esto se demuestra el agradecimiento
y algo que se ahorra uno. Como me cogió de sorpresa, pensé que sería lo mas
rápido para la maceración; cortarla a trozos quedará más jugosa y será más fácil
a la hora de servirnos. Así que cambie de “chip” y comencé: desprendí las
pechugas del caparazón y las troceé, con
los muslos hice lo mismo dejando su hueso.
En un bol puse un vaso de coñac y un litro de zumo de naranja. Lo tuve así dos días. Lo retiré de la maceración y lo salpimenté. Corté dos cebollas y pasé los trozos de oca por harina para dorarlos en las cebollas. Cuando estuvo dorada le añadí poco a poco el líquido de la maceración. Se fue haciendo a fuego lento durante dos horas. Luego toda la salsa la trituré en la termomix y maceró un día en la propia salsa. ¡Gran éxito! No quedó nada. Estaba riquísima. Nunca habíamos tomado oca. Fue una oportunidad para cocinar esta ave.
Con el
hígado hice un paté: rehogué en una cebolla el hígado de la oca a fuego
lento, añadí la molleja y el corazón, y un poquito de paté de cerdo que tenía
en casa. Lo pesé y le añadí el mismo peso de mantequilla y un buen chorro de coñac.
Lo trituré en la termomix. Nunca lo había hecho. Quedó muy líquido pero cuando
se va enfriando la mantequilla se va condensando y queda perfecta. Con dos
hígados de oca salió ¼ de paté.
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