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Foto: Rosalía Yarza |
Enseñar a los niños y que estos aprendan a tener buen gusto está en nuestra mano. El punto en las comidas, conservando los colores y sabores de los alimentos, la presentación de los platos, y una mesa bien puesta, es una buena escuela para aprender del arte culinario, lo bueno y lo bello que hay detrás de todo ello; ilusión, cariño, delicadeza...Y es que no da igual. Qué bueno es encontrarte con una comida bien hecha y una mesa bien puesta (también de un modo informal pero simpática). Una forma agradable para aprender a comer de todo; crema de verduras, carnes, pescados, fritos, etc.
En la foto:
Cazuelita de champiñón relleno de gamba.
Plato blanco de calamar con berenjenas de almagro.
Emplatado de crema de esparragos, rebanada de pan con magro de pato y queso, bolita de queso y empanadilla de atún.
Frutero, frutas sobre la mesa y bebidas variadas.
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