6 Raciones de bacalao ya desalado
4 Dientes de ajo
1 kg Tomates maduros
100 g Miga de pan
2 dl Aceite o algo más para la salsa
Sal
Preparar el salmorejo: se pone el pan a remojar con agua.
Se pelan los tomates y se les quita lo duro. Puede facilitarse la operación si se escaldan 1 minuto en agua hirviendo.
Coger el pan con las manos y escurrirlo apretando para que no le quede apenas agua. Ponerlo en un recipiente amplio junto con los tomates pelados y troceados y el diente de ajo picado.
Triturar con la batidora o túrmix tratando de que todo se vaya uniendo bien, por último se añade poco a poco el aceite sin dejar de batir para que se emulsione y resulte bien ligado. Sazonar.
Partir 3 dientes de ajo en láminas. Poner 1 dl del aceite y los ajos a calentar. Cuando están dorados se retiran y se deja que el aceite se enfríe un poco. Entonces se pone el bacalao con la piel hacia arriba y se comienza a calentar muy lentamente. Retirar en cuanto sale la primera burbuja y dejar que se enfríe unos 10 minutos.
Recoger el jugo que ha soltado en este tiempo el bacalao y poner en el vaso de la minipimer para emulsionarlo batiendo con la batidora; añadir un poco de aceite crudo si se quiere más espeso. Una vez ligado, se prueba y se da el punto de sal.
Volver el bacalao al fuego, añadir agua templada hasta cubrir y dejar que se haga despacio: en cuanto sale la primera burbuja se apaga y se deja en el agua hasta que vaya a utilizarse, no más de 10 minutos.
Servir el bacalao caliente sobre un cucharón del salmorejo frío y cubierto en parte por la salsa ligada. Adornar con las láminas de ajo frito.
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